En las verdes tierras del Norte de Antioquia, donde los ríos serpentean entre montañas y la vegetación exuberante es testigo de siglos de historia, emerge una red de esperanza y resistencia. La Red de Organizaciones Sociales y Campesinas del Norte de Antioquia es el fruto de una larga trayectoria de lucha y solidaridad entre diversas expresiones organizativas que han surgido en la región a lo largo del tiempo. Desde su formación en 2016, esta red ha representado un faro de esperanza para las comunidades que habitan en los municipios de Toledo, San Andrés de Cuerquía, Sabanalarga, Yarumal y parte de Ituango.
La misión de la red es tan clara como apremiante: defender los derechos humanos y trabajar incansablemente para la implementación de los Acuerdos de Paz, especialmente en áreas donde la presencia histórica de las antiguas FARC-EP ha dejado profundas cicatrices de vulnerabilidad y desigualdad. En este contexto, la protección de los defensores de derechos humanos se convierte en una necesidad apremiante.
La relación entre la Red y el Programa Somos Defensores (PSD) dentro del proyecto CRES es un testimonio de la importancia de la colaboración y la solidaridad entre organizaciones comprometidas con la defensa de los derechos humanos. Tras conocer sobre el programa a través de diversas fuentes y realizar una exhaustiva investigación sobre su trayectoria y acciones, la Red decidió solicitar ayuda para la protección individual y colectiva de sus miembros. Esta colaboración ha dado lugar a acciones concretas, como el apoyo económico a líderes amenazados, la realización de pasantías, la formación en autoprotección colectiva y la organización de talleres específicos. Estas medidas no solo han contribuido a fortalecer la seguridad y la presencia de la Red en el territorio, sino que también han consolidado su capacidad para seguir adelante con su labor de defensa de los derechos humanos en un entorno desafiante.
Sin embargo, los desafíos persisten y requieren una atención constante. La construcción de protocolos de seguridad adaptados a las dinámicas del territorio, la formación continua en autoprotección y la seguridad informática son áreas de trabajo prioritarias. Además, la gestión de información sensible y la persistente vulnerabilidad de algunos líderes son aspectos que demandan una respuesta efectiva y coordinada. A pesar de estos desafíos, la Red sigue firme en su compromiso de defender los derechos humanos y trabajar incansablemente por un futuro más seguro y justo especialmente para las comunidades más vulnerables en el Norte de Antioquia. Su labor es un testimonio vivo de la fuerza y la resiliencia del espíritu humano en la búsqueda de la justicia y la paz en un entorno marcado por la adversidad.
Fotografía: Miyer Juana Paniagua Sánchez.